Nivel 3 de Conducción Autónoma: ¿Cuándo Podremos Soltar el Volante de Verdad?

10:49 // by Antonio Ruz // , , // No comments

Conducción Autónoma Nivel 3: El Punto de Inflexión Hacia el Coche Autónomo


La promesa de un futuro donde los coches se conduzcan solos ha cautivado la imaginación del público durante décadas. Desde las primeras visiones futuristas hasta los prototipos actuales, la conducción autónoma ha avanzado a pasos agigantados. Sin embargo, la transición de la fantasía a la realidad tangible en nuestras carreteras no está exenta de desafíos. Uno de los hitos cruciales en este camino es la implementación generalizada de la conducción autónoma de nivel 3. Pero, ¿qué implica exactamente este nivel? ¿Qué obstáculos se interponen en su camino? Y, lo más importante, ¿cuándo podremos disfrutar de esta tecnología en nuestro día a día?


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Entendiendo los niveles de conducción autónoma:

Antes de adentrarnos en el nivel 3, es fundamental comprender el sistema de clasificación establecido por la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE). Este sistema define seis niveles de automatización, desde el 0 (sin automatización) hasta el 5 (automatización completa).

  • Nivel 0: Sin automatización. El conductor humano está completamente al mando del vehículo en todo momento.
  • Nivel 1: Asistencia al conductor. El vehículo ofrece algunas funciones de asistencia, como el control de crucero adaptativo o la asistencia de mantenimiento de carril.
  • Nivel 2: Automatización parcial. El vehículo puede controlar tanto la dirección como la aceleración/frenado en ciertas circunstancias, como en autopistas. Sin embargo, el conductor debe estar atento y listo para tomar el control en cualquier momento.
  • Nivel 3: Automatización condicional. El vehículo puede realizar todas las tareas de conducción bajo ciertas condiciones específicas, permitiendo al conductor desviar la atención de la carretera. Sin embargo, el conductor debe estar preparado para intervenir si el sistema lo solicita.
  • Nivel 4: Alta automatización. El vehículo puede realizar todas las tareas de conducción en la mayoría de las situaciones, incluso si el conductor no responde a una solicitud de intervención. Sin embargo, puede haber limitaciones geográficas o operativas.
  • Nivel 5: Automatización completa. El vehículo puede realizar todas las tareas de conducción en todas las condiciones imaginables, sin necesidad de un conductor humano.

El punto de inflexión: Conducción autónoma nivel 3:

El nivel 3 representa un cambio significativo con respecto a los niveles anteriores. Por primera vez, el conductor puede apartar la vista de la carretera y realizar otras actividades, como leer, trabajar o ver una película, siempre y cuando se encuentre en un entorno operativo diseñado para el sistema. Este entorno suele ser una autopista con carriles bien marcados y tráfico fluido.

La clave del nivel 3 reside en la capacidad del sistema para "solicitar la intervención" del conductor. Si el sistema se enfrenta a una situación para la que no está programado, como una obra en la carretera, un cambio repentino en las condiciones meteorológicas o un comportamiento inesperado de otro vehículo, emitirá una alerta al conductor, quien deberá retomar el control en un tiempo determinado.


Desafíos técnicos y regulatorios:

La implementación del nivel 3 plantea numerosos desafíos técnicos y regulatorios:

  • Fiabilidad del sistema: El sistema debe ser extremadamente fiable para garantizar la seguridad en todas las condiciones operativas. Esto requiere un procesamiento de datos complejo, sensores avanzados (cámaras, radares, LiDAR) y algoritmos de inteligencia artificial robustos.
  • Transferencia del control: La transición entre el sistema autónomo y el conductor humano debe ser suave y segura. El sistema debe dar al conductor tiempo suficiente para reaccionar y retomar el control, incluso si este se encuentra distraído.
  • Infraestructura: La infraestructura vial debe estar adaptada para la conducción autónoma, con señalización clara, mapas de alta definición y, posiblemente, comunicación entre vehículos e infraestructura (V2X).
  • Responsabilidad legal: En caso de accidente, determinar la responsabilidad legal puede ser complejo. ¿Es responsable el fabricante del vehículo, el conductor o el propietario? Se necesitan marcos legales claros para abordar estas cuestiones.
  • Aceptación pública: La confianza del público en la tecnología es fundamental para su adopción generalizada. Es necesario educar a la gente sobre las capacidades y limitaciones de la conducción autónoma y abordar sus preocupaciones sobre la seguridad.
  • Variabilidad de las condiciones: El sistema debe ser capaz de operar de forma segura en una amplia gama de condiciones meteorológicas, de iluminación y de tráfico. Esto exige un desarrollo y pruebas exhaustivos en diferentes entornos.

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El estado actual de la tecnología:

Si bien algunos fabricantes ya ofrecen sistemas que se acercan al nivel 3, la implementación generalizada aún se encuentra en desarrollo. Algunos modelos de marcas premium ya ofrecen funciones de conducción automatizada en autopista, pero con ciertas limitaciones y bajo la estricta supervisión del conductor.

Uno de los principales obstáculos ha sido la complejidad del desarrollo de un sistema lo suficientemente robusto para manejar la variabilidad del mundo real. Las situaciones imprevistas en la carretera son innumerables, y programar un sistema para que las gestione todas es una tarea hercúlea.


¿Cuándo será una realidad?

Predecir con exactitud cuándo veremos la conducción autónoma de nivel 3 en nuestras carreteras es difícil. Algunos expertos sugieren que podríamos ver una adopción más amplia en los próximos años, mientras que otros son más cautelosos.

Varios factores influirán en el cronograma:

  • Avances tecnológicos: El desarrollo continuo de sensores, procesadores y algoritmos de IA es crucial para mejorar la fiabilidad y la seguridad de los sistemas.
  • Marcos regulatorios: La creación de marcos legales claros y armonizados a nivel internacional es esencial para permitir la implementación y la comercialización de la conducción autónoma.
  • Inversión en infraestructura: La adaptación de la infraestructura vial para la conducción autónoma requerirá inversiones significativas.
  • Aceptación pública: La confianza del público en la tecnología jugará un papel fundamental en su adopción.


La conducción autónoma de nivel 3 representa un paso crucial hacia un futuro donde los coches se conduzcan solos. Si bien aún quedan desafíos por superar, los avances tecnológicos y el trabajo conjunto de la industria y los reguladores nos acercan cada vez más a ese futuro. Es probable que en los próximos años veamos una implementación gradual de esta tecnología, comenzando por entornos controlados como autopistas y expandiéndose progresivamente a otras vías. La clave estará en la seguridad, la fiabilidad y la creación de un marco legal que genere confianza en los usuarios.